miércoles, 9 de noviembre de 2016

Las limitaciones técnicas, las económicas, las de infraestructura, las anímicas, hacen todas ellas que me pregunte una y otra vez ¿para qué coño me empeño en perder el tiempo en escribir una mierda de lo que me pasa y pretender que los que lo leen lo compartan o comenten?
Soy perseverante, terco, cabezón, paciente y, como creo que lo que hago no es malo, pues sigo. No consigo gran cosa, ni para mí ni para conseguir para otros lo que yo creo que está bien, pero aquí estoy, haciendo el tonto de nuevo.
Es cierto que ahora lo que se lleva es el vídeo, y yo de eso, pez. Es verdad que mi discurso izquierdista puede estar un poco obsoleto, pero es lo que me dicta el corazón. Nada de lo que hago o escribo me dan el pan para cada día, pero creo que si no lo hago, si no exteriorizo diariamente, o así, lo que tengo raspándome el alma, me puedo perder en lo oscuro. Entonces toda la entereza que me proporciona la paciencia se va a convertir en chapapote que me va a atrapar en lo profundo de un pensamiento mudo y negativo. Esto no se lo merecen ni mi mujer ni mi hijo. Seguiré escribiendo cada día lo que me moleste dentro pese a quien pese, aunque a veces sea a mí mismo.
Quisiera que un día, oohh iluso de mí, alguien leyera algo de esto y bajo el influjo de una inspiración de solidaridad, siquiera comentara algo sobre los pensamientos. Una mala crítica también me sirve. No rechazo palabras de apoyo, que conste. Me jode escribir para la pantalla del ordenador, me termino pensando que escribo para una caja, y no, escribo para todos, porque pienso y creo que lo que yo sufro, todos de alguna manera , lo sufren.
¿Cuanta gente no tiene agua caliente en sus casas? ves sufren como nosotros. ¿Alguien ve en su nevera más metal que alimentos? ¿A que no mola nada el color blanco dentro de una nevera? ¿Quién de vosotros ha comprado hoy pan? Pues mirad una cosita, yo me lo he ahorrado. ¿Sabéis, en vuestro pueblo, localidad, barrio, dónde se reparten los alimentos de Cáritas? ¿Sabéis qué dan en los bancos de alimentos? ¿Alguien piensa que los que vamos, acudimos agusto, que nos acomodamos en casa esperando el día del reparto para coger, y agradecidos, cuatro cartones de leche, un kg de judias, otro de garbanzos, uno de arroz, un paquete de galletas, un bote de judías verdes y tres de tomate frito? NO. Lo siento pero NO. Estoy muy agradecido a los voluntarios del Banco de Alimentos, pero quisiera perderles de vista. Es por esto que estoy esperando llamadas y buscando todos los días trabajo. He salido de casa con curriculums escritos en folios, ¿qué me estás contando? eso ya no se hace ni en las películas del siglo pasado, patear las empresas repartiendo papeles.
Va!! déjalo ya Julián, si nadie te lee. Ala adios.


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